Tres escenarios que podrían propiciar escenarios estresantes:
- El despido de un compañero crea un ambiente de inseguridad en el cual los demás empleados llegan a sentirse inseguros de su estabilidad en la organización.
- Una retroalimentación negativa puede dar la sensación al empleado de que la insatisfacción de su jefe con su inadecuado desempeño podría llevarlo a buscar un reemplazo que cumpla con sus requerimientos.
- Un cambio en la jefatura directa podría generar conversaciones estresantes en el sentido que los empleados no sentirán la misma confianza para expresar ciertas inquietudes, lo que podría resultar en incomodidad a la hora de intentar
lo.
Una solución podría ser mantener la calma y la confianza en uno mismo, tratando de mostrar un poco de empatía con la situación probablemente difícil del jefe; a su vez, utilizar comentarios para demostrar nuestro conocimiento de su ocupada situación y dejarle sus recomendaciones denotando que en cuanto tenga un poco de tiempo podrán discutir acerca de ello.
Conociendo el hecho de que los hombres tienden a ser más dominantes en las conversaciones que se dan en dichas reuniones, sería correcto decir que esto resultaría en una mayor participación por parte del género masculino beneficiándolos en cuanto hablarán por más tiempo de sus propuestas, en detrimento de la opinión femenina que (por lo general) es más reservada. 
No hay comentarios:
Publicar un comentario